lunes, 1 de junio de 2015

Llueve


Llueve y las calles se mojan
como los corazones
se mojan.

Que en mi país llueve y

las dos Españas se están mojando
una sonríe bajo el paraguas
la otra se sigue lamentando.

Llueve y en las cunetas el fango
se pega en los huesos de aquellos
que por su verdad asesinaron,

esos olvidados patrios
que sin miedo lucharon
y por miedo acabaron
como ratas junto al asfalto,

mientras los asesinos
en sus cajas de pino
no escuchan su llanto.

Llueve y cala hasta los huesos
como las cartas y versos
de ciertas plumas rojas
que por rojas rompieron.

No es cuestión de perdones
ni de heridas semiabiertas 
si no de enmendar una afrenta 
que sin motivo nos hiere.

Todo se enmudece y callan
que las líneas no se leen 
que los muertos ya no pueden
derramar ni una lágrima,

Pero así y todo llueve...



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